Profe, ¿me explicas qué son las metodologías ágiles y cómo me pueden ayudar en la gestión de proyectos?

Dic 21, 2022 | Metodologías, Noticias

A estas alturas de la película, después de haberte empollado nuestra web como si tuvieras que volver a hacer la EVAU, ya sabrás que uno de los ámbitos donde las LetsGoNotes pueden ser más útiles es en la oficina. Y si te has metido a curiosear en esa sección, habrás tropezado con unas palabrejas cuanto menos curiosas: metodologías ágiles… ¡Toma palabro!

Y, claro, tu mente inquieta te habrá llamado a preguntarte dos cosas: primera, qué nos pasa en la boca; y segunda, qué es eso de metodologías ágiles.

Pues como alcalde vuestro que somos… ¡ay, no, perdón! Ya estamos otra vez con el cine… Lo que queremos decir es que se viene una explicación. ¡Empezamos!

¿Qué son las metodologías ágiles y para qué se utilizan?

En realidad, al decir de metodologías ágiles estamos hablando de una serie de métodos que permiten gestionar proyectos de manera eficiente, sobre todo cuando en esos proyectos intervienen distintos grupos de trabajo. Lo que se consigue con ellas es ganar en competitividad y en adaptabilidad.

Serían, por tanto (y aquí es donde empezarías a subrayar si se tratara de tus apuntes de clase), aquellas metodologías que adaptan la forma de trabajar en una empresa al proyecto que se le ha encargado. Es decir, buscar la manera flexible y adaptada para darle al cliente lo que nos pide.

La metodología ágil se basa en estos tres puntos, que conviene tener claros antes de ponerse al lío:

  • Una descripción detallada del cliente.
  • Cómo va a usarse el producto.
  • Qué solución propone el artículo para el cliente.

O lo que es lo mismo, hacer una planificación, ejecutarla y hacer una evaluación final. Hasta ahí, todo bien (y lógico, por otra parte).

La cuestión está en que este método de trabajo del que estamos hablando implica a todos los departamentos en el proceso para que las decisiones se tomen de forma conjunta. Más que el uso de ciertas herramientas, aquí lo importante es la interacción.

Asimismo, se buscan programas funcionales que sustituyan a una documentación demasiado detallada. Esencial es también tener presente que la interacción con el cliente ha de estar por encima del tipo de contrato que se firme con él. Y ese nivel de cambio y de adaptación serán las claves para el éxito del proyecto.

Beneficios de la metodología ágil

Lo de interactuar está muy bien. Como dice nuestra abuela, ven más cuatro ojos que dos y lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro. Pero volvemos a leer tu mente y sabemos que estás pensando: y esto de la metodología ágil, ¿qué beneficios tiene?

Te lo diremos de manera concisa: muchos. Así que vamos a resumirte aquí la larga lista de ventajas que aporta:

  • Aumenta la calidad del producto: Se busca la proactividad en el enfoque que tenga cada miembro del equipo. Al ir comprobándose continuamente cómo evoluciona, el resultado final es siempre positivo.
  • El cliente obtiene un alto nivel de satisfacción: Y eso es lo que buscamos siempre, ¿no? Que el cliente esté contento. En estas metodologías, él forma parte del proceso y ello le permite conocer mejor las características de su producto. Durante la producción se le van entregando adelantos que podrá modificar. Solo así se consigue que el resultado final esté a la altura de sus necesidades.
  • El aumento de la motivación de los trabajadores: Cada equipo de trabajo se autogestiona y todos contribuyen a potenciar la creatividad y la creación de nuevos sistemas para desarrollar nuevos productos. Además, la colaboración es más estrecha, lo que facilita que el trabajo se organice de forma más racional.
  • La métrica de cada proceso: La empresa puede saber cuánto tiempo se tarda en la producción, cuánto cuesta y cuál es el rendimiento real, nada de seguir dando palos de ciego que no conducen a nada y entorpecen el proceso. Al dividirse en equipos pequeños formados por pocas personas, será más fácil saber cómo avanza el proyecto.
  • Una capacidad de predicción de mayor alcance. Esos equipos que hemos mencionado serán los encargados de llevar a cabo los puntos de control permanentes. Al ser mayor la capacidad de control, también es posible ahorrar costes y tiempo.

Tipos de metodologías ágiles

Por volver a las referencias cinematográficas, el término de metodologías agile es como el anillo en El señor de los ídem: un concepto para dominarlos a todos. Bueno, más que dominarlos, dejémoslo en que los abraza, los alberga y los mete en su equipo.

Y toda esta tontá para explicarte que hay varios tipos de metodologías ágiles que pueden aplicarse, pero estas que te vamos a contar aquí 👇🏻 son las más utilizadas. Vamos al grano:

Scrum

Esta metodología se suele utilizar en esos procesos que se denominan sprints, y esto ya debería darte una pista de por dónde va la cosa: aquellos en los que se necesita alcanzar el objetivo en menos tiempo; y, por tanto, se necesita que sean procesos cortos.

Al final de cada etapa, el equipo debe entregar una versión del proyecto que será evaluada por los interesados. Serán estos los que comentarán los puntos débiles que han de corregirse comenzando así el proceso de mejora.

Los cuatro conceptos clave de esta metodología son la productividad, la competitividad, la flexibilidad y la innovación. Y presenta dos enfoques:

  • Incremental. En cada nuevo periodo se añaden otras características al proyecto.
  • Iterativo. Tras cada sprint se crea una versión de producto nueva. La meta es ir perfeccionando la anterior para mejorar las propiedades del proyecto, dependiendo de su evolución.

Y otra cosa que facilita esta metodología es crear nuevos puestos, como un equipo de desarrollo, un scrum master y un producto owner.

¿Te has quedado con las ganas? Eso está feo, por eso te dejamos más información sobre la metodología srcum.

Kanban

No digáis que no es una forma preciosa de decir tarjeta visual. La metodología Kanban se basa en mantener una comunicación constante entre la empresa y el cliente. El trabajo se controla gracias a una línea de producción y a tres apartados: tareas pendientes, en proceso y finalizadas. Así se pueden clasificar las tareas y ver cuáles han sido los avances conseguidos.

Su aplicación permite:

  • Planificar las tareas de manera más adecuada.
  • Aumentar el rendimiento de cada equipo de trabajo.
  • Confiar en las métricas visuales para alcanzar el objetivo final.
  • Conseguir una continuidad en el plazo de entrega del proyecto.

XP

No, no estamos hablando de una antiquísima versión de Windows. En realidad, son las siglas de Extreme Programming.

La XP es la más adecuada para trabajar en entornos cambiantes que exigen una retroalimentación continua, y subraya la adaptabilidad del proyecto a cada nuevo reto.

Son 14 las prácticas empleadas:

  • Un ritmo sostenible de trabajo.
  • Concebir el sistema como una metáfora.
  • La mejora del estándar de codificación.
  • La propiedad del código colectiva.
  • La integración continua.
  • El desarrollo dependiendo de cada prueba.
  • La refactorización del proyecto.
  • Una programación por parejas.
  • El diseño más simple.
  • Las entregas progresivas.
  • La simplicidad del diseño.
  • Las pruebas por parte del cliente.
  • La planificación.
  • Un equipo compacto.

Y hasta aquí podemos leer.

Agile Inception

Si lo que buscas es una ayudita para conocer cuáles son los objetivos más importantes de cada empresa, la Agile Inception es tu metodología. Ayuda a clarificar cuestiones como el tipo de cliente, el valor añadido de cada propuesta y cómo se venderá.

Lo que hace es aplicar el método denominado elevator pitch, que se centra en reuniones entre el equipo de trabajo y los socios. Tienen una condición: que estos encuentros solo pueden durar cinco minutos, como mucho. La idea es conocer por dónde va el proyecto y qué puede mejorarse.

Design Sprint

Una vez llegados a esta parte, ya sabrás que tu empresa debe tener una estrategia clara de negocio, ¿verdad? (¿¡VERDAD!?). Pues sigamos.

Hace ya una década que Google Ventures creó la metodología Design Sprint con el fin de favorecer los perfiles profesionales de la disciplina Agile.

Este proceso no deja de ser una carrera más a toda velocidad para alcanzar la meta. Y como hay prisa, el Design Sprint da un plazo de 5 días a la empresa para resolver tres cuestiones: el diseño, el prototipo y la prueba de los clientes.

Cada etapa es un sprint con un único objetivo: que el trabajo pase de durar meses a semanas. Basta con tener una buena idea para crear un prototipo con el que trabajar y reducir el número de errores.

Resumiendo

Si lo que buscas es ganar eficacia en tus procesos de trabajo, lo aconsejable es que apliques alguna de estas metodologías ágiles. Y para echarte una mano y ayudarte a convertir tu proyecto en realidad, aquí estamos nosotros y nuestras LetsGoNotes Juego Agile, nuestros nuevos pósits adhesivos, lavabables, reutilizables y sostenibles.

¿Empezamos a trabajar?

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